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martes, 2 de octubre de 2012

Ensenada - Puerto Madryn

Velero Ave Fénix 2011
De Ensenada a Puerto Madryn
“Navegando los 40° Sur”

Alejandra y Pablo Prada
“Ave Fénix”

Ale lo hacía sonar como advertencia: -”…por algo la gente no navega a Madryn”. En realidad nunca lo tomamos así, pero en esto de enfrentar vientos, de mas de la media de nuestro querido Río, hacia pensar el riesgo. No porque no confiáramos en nuestro “Ave Fénix”, un viejo Orión 34 pies, dibujo y construcción del maestro Roberto Rovere en los 70, sino por navegar territorio desconocido para nosotros. Si bien los entendidos en la materia nos aconsejaban un barco de mas eslora que los 10,27 mts. y casco de acero, el Ave Fénix es prfv a la antigua; creíamos que un buen estudio de los pronósticos meteorológicos, permitiría  estar preparados para anticipar las maniobras.
Tampoco es bueno sobredimensionar el peligro, ya que navegar, es una actividad de riesgo y hemos pasado algunos momentos “heavy”, sin haber estado en esas latitudes.
Hace unos 5 años que navegamos a vela y 29 “a matrimonio”, en las aguas turbulentas de las coyunturas argentinas. Así que, ¿porque no?  Yo, Pablo, de profesión Guardaparque Nacional, amamos la Patagonia, vivimos allí 7 años. Ilusionados de navegar entre ballenas y delfines: zarpamos del Club Náutico Ensenada, nuestro hogar náutico, el 8 de Diciembre a las 18:00hs., con rumbo Sudeste a Mar del Plata.
El viaje a la “Perla del Atlántico”, (que viejo soy), fue a un acuartelar en la Bahía
de Samborombón, con la consiguiente mojada y mareos por parte de la Sra. Después de Punta Rasa, el viento se puso más del NE y permitió un largo borde al exterior de la costa, era nuestra intención alejarnos de ella y empezar a experimentar el “destete” del horizonte costero.
Por la noche del 9, subió Eolo de intensidad hasta los 30 nudos y la mano de rizo se hizo necesaria, por el momento el viejo Yanqui de proa no daba problemas. Aclaramos que preferimos siempre tener vela en popa del mástil, aunque sea chica, ya que ante cualquier cosa, la capa es un recurso de seguridad.
Virando a 270°, comenzamos el acercamiento a MDQ, distante unas 50 millas. Ya en aleta de estribor, el viento disminuyó unos 10 nudos, pero aun firme del NE.
La comunicación de chequeo (QTH) de Prefectura se cumplía religiosamente a las 9: hs y 21 hs, por VHF, con Gral. Lavalle, Mar de Ajo, Pinamar (L9S) y finalmente MDQ (L2O), siempre que era posible, sino mediante BLU por 4354 Khz. con MDQ (L2T). El viejo Promomar se encendía 4 hs. por día, divididos en los horarios de QTH. El timoneo lo realizaba la mayoría del tiempo, “Largo”, imprescindible piloto de viento, un Pilomat, construcción mi amigo, Carlos Schenkel.
Ante la falta de Radar propio, las guardias consistían en 2 horas de responsabilidad, un  control cada 45 minutos de los 360°, por presencia de buques de pesca. Esto lo cronometraba un timer de cocina, regalo de nuestra hija Virginia, que terminó siendo el premio revelación del viaje.
De mas está decir que la correcta coordinación de GPS, Piloto, trimado de velas y balance del timón es sumamente importante; para estar tranquilo que los errores, se minimizan. De igual manera, el capi debe estar en cualquier condición, permanentemente con el arnés, ya que él no debe caer nunca del barco.
La alimentación se basó, debido a las altas temperaturas, en frutas, fiambres, snack, con 1 sola comida elaborada, en el atardecer. Agua saborizada, Mate cocido, alguna gaseosa, nunca alcohol; la hidratación es fundamental, como así también la pantalla solar. Ah! El repelente nos ayudó a mantener a raya, ciertas moscas por demás molestas, cuando a uno le toca descansar.
En cuanto a la estiba, el barco es amplio para 2 personas, así que pensamos mas en el equilibrio del barco, el bajado del centro de gravedad y el fijado de todo lo que puede ser un objeto volador identificado, demasiado tarde.




Mojados en Mar del Plata

Llegando al puerto de Mardel el 10 a mediodía, ya visitado en 2 oportunidades por nosotros, (en 2009, en el viejo spray 26-“SEAGULL II” y en 2010, ya con el Ave Fénix, en los festejos del Bicentenario, experimentando la navegación con las 9 fragatas de las Velas Sudamericanas); nos enfilamos para ingresar pegados a la escollera norte, pero el NE, ya de 15 nudos, nos dejaba unas olas de tamaño considerable. Por obra y gracia de  “Don Murphy”  nos pegó una rompiente, en la popa que hacía pensar en una entrada vertiginosa, barrenada tipo División Miami, pero fue demasiado y orzó a babor, tan violentamente que la trabuchada fue mas lenta que la “coleada”. Quedando rumbo a nuestra propia estela, UPS! Y con el cockpit inundado tipo pelopincho. Vuelta a entrar, esta vez, sin contratiempos. Digan que el motor estaba ya en marcha y nos permitió tener siempre el gobierno del timón. ¡Qué Bienvenida!
En el YCA, nos recibió el atento Luis, quien con sus muchachos nos brindaron una cortesía, digna de amigos.
Para los que no conocen la recalada en MDP, la entrada nocturna, debe hacerse desde el Norte, paralelos a la costa (Playa Grande) y se debe enfilar la escollera norte (luz roja) con luces verdes que se encuentran en la escollera sur, dejando un respeto de 50 mts de la Norte por estribor. Luego, una vez adentro del puerto, por estribor hay dos balizas payaso, de la entrada al puerto Naval de la Armada y de la escollera que protege a la playa del puerto deportivo. Una vez pasadas estas, una línea de postes nos indica el área de fondeo y amarre del puerto deportivo, propiamente dicho. Para quien, por eslora, menor a 20 mts. quisiera ingresar al sector deportivo, por canal 71 de VHF, solicita la apertura del puente corredizo, para ingresar al sector de clubes. Una vez allí., las primeras marinas, son del Club Náutico Mar del Plata y luego las del YCA, que se identifican con líneas amarillas en sus bordes. También se podría  solicitar cortesía en el Centro naval o bien en el Motonáutico, pero el calado es en este sector, más limitado. Obviamente, en cierta época del verano, es limitado el espacio disponible, pero en el antepuerto se puede fondear, quedando bastante al reparo de todos los vientos. La cortesía se limita a 3 días, que en nuestro caso era más que suficiente. Servicios como luz 220 v., agua potable y duchas, tampoco faltan.
En cuanto al tramite ante PNA, debe hacerse, dentro de las 24 hs. en la oficina que se encuentra distantes unas 8 cuadras, que luego de viajar unas 40 hs. ayuda a estirar las piernas. Asimismo, toda necesidad de provisiones se puede realizar en el centro comercial del Barrio Puerto.
Nobleza obliga a reconocer, que Mar del Plata como puerto, no solo cuenta con lo necesario para los navegantes, sino también que genera un sentimiento de logro y cariño, de arribar a un destino oceánico Argentino, que hace ver a esta ciudad de otra manera. Luego de ser visitada varias veces por nosotros, nos ha hecho sentir un amor muy fuerte hacia esta ciudad Marina.
Recomendamos no dejar de visitar los restaurantes de ambos Clubes, por su atención y cualidades culinarias, también por sus precios, lejos de lo que uno creería sufrir.

Rumbo al Sur Argentino

Después de un par de días de descanso, reaprovisionamiento y preparativos, zarpamos previo despacho en PNA, a las 6 hs del 14 de diciembre con rumbo Sur. Viento firme del NE de 25 nudos, chequeado en Windguru y el SMN, con pronóstico de mantenerse así los próximos 6 días. Así que fijamos Aleta de estribor, negociamos el timón con “Largo” y comenzó la travesía a mar abierto.
En primer lugar, al SE de Punta Mogotes, se encuentra el Banco de Pescadores, un bajo que no significaría peligro, pero modifica la regularidad de las olas y a menos que uno ya conozca el lugar, recomendamos rodearlo, agregando unas 2 hs. al recorrido.
Nuestro Waypoint destino, era 60 millas al exterior de Punta Norte de Península de Valdez, por los escarceos que existen en su aproximación. Las singladuras, tomadas de 7:00 a 7:00 hs, fueron en promedio 120 mn. El viento variaba de 25 a 30 nudos y se ponía mas intenso en el amanecer y atardecer, luego se estabilizaba. Siempre del NE. Las olas de 2 a 3 mts., claramente “Olas Hembra” por provenir de alta presión, parejas, suaves, regulares y redondeadas. El barco “rabeaba” a estribor, en las barrenadas, pero Largo lo corregía sin problemas. Quizás producto del calado, 1,75 mts. y de cierta acumulación de verdín en el fondo. Siempre Mayor al tope, y foque en proa
El amanecer del día 15, nos dio la primera sorpresa. Estando en el cockpit, disfrutando de la mañana y leyendo una revista, Pablo se vio sorprendido por la aparición de cientos, ¡si! Cientos de Delfines nariz de botella, en evidente migración; que llevó al éxtasis la alegría de tal visita. Tanta que ni una foto siquiera sacamos, no queríamos perder un momento de verlos jugar, saltar, retozar en la proa del Ave Fénix, en la popa y adonde alcanzara la vista. Un espectáculo maravilloso de la naturaleza, que como vino se fue, sorpresivamente

Las guardias nocturnas se cumplieron religiosamente de 2 hs. cada uno. Ale ya estaba marinada y pudo empezar a disfrutar el viaje, por suerte.
Mucho sol, noches benévolas, cielos increíbles, amaneceres y atardeceres de película. Siempre acompañados por albatros, gaviotas y aves de mar y costa, con ágiles planeos y pesca virtuosa.
En lo técnico, podemos decir que el uso de contraescota de mayor o freno de botavara, es una maniobra en este tipo de navegación, para evitar cualquier trasluchada indeseada. Cuando el viento aumentó en algunos nudos, el ahogo del barco nos fue indicado por Largo con su clásico quejido, tal cual el mayordomo de los Locos Adams. De igual manera la disminución del mismo se evidenciaba en un errático zigzagueo del rumbo. El control de las orzadas por las olas, lo controlábamos con un cazado de la vela de proa, que al quedar plana al viento, ayudaba a corregir la dirección a seguir. Al tercer día, disminuyó la intensidad del viento y decidimos izar el genoa 1, pero como asimétrico, o sea por solo tres puntos de sujeción. Amura en la catalina del ancla, tope con la driza de Spi y las escotas por fuera.
Seguir un rumbo, con un destino tan distante no presenta problemas, ya que uno se ajusta más al viento que al recorrido. Errores de unas millas pueden ser corregidas, casi como un entretenimiento. Teníamos horas de lectura, música ochentosa, o charlas interesantes sobre el devenir y reflexiones, que un matrimonio de tantos años, nos permite.
Este viaje, además de cumplir el sueño de visitar la Patagonia, tiene como objetivo la prueba náutica y personal de reafirmar la decisión de realizar en 2013, el intento de los 40 Bramadores, alrededor del mundo. Emulando al Gran Navegante, Don Vito Dumas. Pero eso es harina de otro costal…
Por la noche del 16, el viento se puso un poco mas intenso y mas del E, al querer trabuchar, el golpe cortó el anclaje de la escota en la botavara. Vertiginosamente a 10 nudos y sin control de la Mayor, arriando el genoa-asimétrico, logramos luego de una hora, recuperar la escota principal; fijándola con varias vueltas de cabo de 8 mm. Puestos a la capa, el anemómetro midió 35 nudos firmes y ráfagas de 42, uno pierde la noción navegando en portante, de la velocidad real del viento.
Al amanecer del 17, detrás de nubes de cenizas, aparecieron los acantilados de Punta Delgada, destino elegido para iniciar el ingreso al Golfo Nuevo. Por la demora del incidente de la botavara, ingresamos al estrecho demasiado tarde y la corriente de mareas era saliente de 2 nudos, el reparo de la costa, nos obligó a encender motor y cruzarlo a 3 nudos por hora, mas recostados a la costa norte, que a Punta Ninfas, ya que la corriente es mas intensa allí. Luego de 8 hs. de remontada, ingresamos al Golfo, distante unas 60 millas de la Ciudad de Madryn. Poco viento, poca ola, ralentizó la arribada. Pero claro… no podía faltar, el clima patagónico. Unas 10 millas antes de recalar, patachando a 4 nudos, con todo flojo, comenzó a soplar un terral de…35 nudos?, si 35 nuditos por amura de babor, de 12 minutos de duración. Eh? 12 minutos, y luego otra vez a 3 nudos. Todos los pelos parados, la vela de proa rifada en 25 cm. Todo el interior revuelto, y nosotros sorprendidos, como si una manada de fantasmas, hubieran pasado a divertirse con estos novatos de la vela. Pero, todo bien, okey! Gracias por la bienvenida.

Puerto Madryn

Como en todas nuestras recaladas desconocidas, Murphy mediante, arribamos a Pto. Madryn de noche. Las luces de la ciudad son el marco y contenido de la imagen que uno recibe de frente, semáforos, carteles luminosos, autos, nos brindan un concierto de luces de recalada, que confundiría a cualquiera, o por lo menos a nosotros. Ya nos había ocurrido en Buceo y La Paloma, de Uruguay; de llegar y empezar a adivinar el lugar de fondeo o puerto deportivo. Por eso muchachos, a agarrar los libros que no muerden,  estudiarse los cuarterones, las imágenes en Google Heart, fotos de las costas, algún que otro relato y por que no, mandar un mail al club de destino. Por mi parte, hice todo esto, pero in situ, es otro cantar. Las luces del Muelle Storni, nos recibieron bien de frente, y las del Brown, por la amura de estribor. Entre los dos, mas al Storni, o sea al Sur. Comenzamos a ver algunos veleros tomados de muertos, señalados con pequeñas boyas, fijas a calabrotes. En caso de tener que fondear, verificar el estado de la marea, con una amplitud de casi 5 mts. y que en el fondo de supuesta arena, hay unas algas muy grandes que dificultan que el ancla haga cabeza. A nuestro arribo, 04:00 hs. el terral de la costa, suave y la ola de la dirección opuesta, nos obligó a laboriosas maniobras, que prolongaron el trabajo hasta las 06:30 hs.
Nos dio la bienvenida, el Comodoro del Club Náutico Atlántico Sud, Sr. Mariano “Malevo” Medina, a quien le agradecemos la amabilidad que nos brindó, en todos nuestros requerimientos y necesidades.

Finalmente, solo 3 días  pudimos disfrutar de Pto. Madryn, ya que el pronostico de frente SW, nos hizo decidir “subirnos a él” para regresar a Pto. Quequén y no arriesgarnos a esperar otro frente favorable. Es necesario tener un bote auxiliar, para acceder a tierra. PNA tiene el puesto en la Playa. Los supermercados están a 4 cuadras, hay almacén Naval, lubricentros y estaciones de servicios, calles arriba 7 cuadras.
El regreso a Quequén, fue muy diferente. El viento SW, tiene olas “macho”: irregulares, rompientes a veces, frías, traicioneras. Al realizar rumbo norte, cruzando el Golfo de San Matías, la corriente te tira hacia el oeste, por eso conviene trabuchar a la latitud de Punta Norte de la Península Valdez y rumbear al este, mar adentro.
Fueron 2 días de 35 nudos, rachas de 42. manos de rizos, foquecito, lluvia, granizo, delfines y guardias de 3 hs. Amurados a estribor, hasta la longitud de Necochea, trabuchada y rumbo norte. Arribamos el 24 de diciembre a medio día, nos recibieron los amigos del Vito Dumas, quienes nos cobijaron en la noche buena del 2011. Nuestro agradecimiento a tan prestigiosa institución. Asociación Navegantes a Vela “Vito Dumas” de Quequén.
Tienen allí un carromato para sacar veleros, así que sacamos al Ave Fénix y le repasamos un par de manos de antifouling.
Pasamos fin de año, con amigos y familia y zarpamos a Ensenada, el 4 de enero de 2012. Tres días nos tomó llegar a La Plata, entrando al estuario con un este de 35 nudos y olas de 3 mts.
Como reflexión final, podemos afirmar que navegar, es lo que nos gusta hacer. No importa cuantos arreglos, refuerzos, precauciones tomemos, a la hora de navegar; lo peor son las malas decisiones. Nuestro país tiene una costa marina tan fascinante, como cualquier otra. Brasil es un destino soñado, pero ir al sur, pone todas las capacidades a prueba. El Mar Argentino es nuestro y es maravilloso. Riesgos corremos en todos lados, los malos capitanes hunden barcos. La satisfacción de lograr el sueño, es insustituible. Ale decía que por algo la gente, no navega  a Madryn, Yo digo, deberíamos ir a Madryn, para ponernos a prueba y saber, si es esta nuestra pasión. Al regresar, la humildad que debemos tener para navegar, será la estropada necesaria, para conocer un nuevo mundo: La Navegación Oceánica.




Maria Alejandra Ferroni
DNI 16.259.008


Pablo Alejandro Prada
DNI 16.394.165


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